Otro relato rescatado de una carpeta de mi ordenador… Este lo envié a un concurso de relatos cortos donde se debía escribir algo relacionado con la palabra «crisis». Supongo que la actualidad llevaría a muchos a escribir sobre la economía, pero las crisis existenciales me parecen mucho más interesantes… XD
Por un momento me siento en el viejo sillón del abuelo, cierro los ojos e imagino. Cierro los ojos con fuerza y siento que la historia que me invento es verdad. Imagino que mi vida en otro tiempo fue tan distinta. Pienso que, como mantengo los días en que me siento traviesa o divertida, fui bruja. Mis ojos cerrados y la historia, la siento en mi piel.
Me cazaron, me torturaron, me juzgaron ante un tribunal corrupto y, como a otras brujas, como a otras mujeres que imaginaban como yo, me quemaron en la hoguera. Visualizo el fuego calentando mis pies, cada vez más cerca, cada vez más letal ascendiendo por las telas que guardan mis piernas. El calor envolviendo mi cuerpo y yo, inmóvil. No hay gritos ni lamentos.
Pero no entiendo la razón, no quiero abrir los ojos. De algún modo es más confortable ese fuego ficticio que contemplar mi realidad y recordar donde estoy, quien soy, el futuro que me espera. Ahora no quiero abrir los ojos, prefiero esa sentencia injusta que la incertidumbre que me invade y retuerce mis entrañas. Quemarme. Arder como la bruja que al menos supo quién era, qué podía esperar. El fuego.