Hoy os traigo una entrada en la que llevo tiempo reflexionando. Surge de la idea de contar mi experiencia personal con la auto publicación y poder ayudar, aunque sea un poco, a quien se encuentre en ese momento previo… el de decidirse a si hacerlo o no. Ojo, no tengo la clave, la única forma posible de hacerlo, ni mucho menos. Hay numerosas opciones entre las que elegir y seguro que cada cual prefiere una sobre las demás. Pero sí propongo algunas preguntas que pueden surgir en el proceso y la respuesta que yo misma me di para llegar al momento de la gran decisión.
Lo que me interesa con esta entrada es mostrar un punto de vista de autora novel, puesto que existen numerosas páginas donde se habla del tema y muchas cosas pueden sonar a chino. Yo intentaré contar mi experiencia de forma amena y clara.
Ha pasado tiempo y, sin embargo, no olvido lo perdida que estaba cuando terminé mi primera novela. El clan de la piedra pasó meses en una carpeta del ordenador a la espera de que me decidiera. La revisaba cada cierto tiempo y siempre encontraba algo que mejorar, las dudas me asaltaban y me decía a mi misma que nadie querría leer esa historia que había ocupado tanto lugar en mi cabeza durante más de cuatro años. En mi opinión, era una gran historia, con misterios por resolver y personajes originales, pero claro, ¿quién no cree eso de su propia historia? Al final me decidí y es algo de lo que me alegro muchísimo. Me ha aportado experiencias buenísimas, he conocido a gente, he visto mi libro en librerías, por no mencionar la alegría que se siente cuando alguien te dice que tu historia le ha enganchado y le ha hecho vivir la novela como si fuera parte de ella.
Lo primero que hice fue buscar en internet, ese lugar maravilloso donde se da respuesta a cualquier pregunta que te puedas plantear. Encontré numerosas páginas de autoedición (aunque no encontré ninguna en la que un autor me contara su experiencia, por eso la idea de escribir este texto), empecé a guardarlas en una carpeta de favoritos para consultarlas, cuando tuviera algo más de tiempo, y compararlas entre sí para dar con la opción más adecuada para mí. (Por cierto, una página donde es posible encontrar cualquier cosa sobre el mundo de la escritura es escritores.org).
El resultado de tal decisión fue evidente: a falta de ese momento en el que el tiempo no escaseara, la carpeta de favoritos fue en aumento y rara vez profundicé mucho en los enlaces que había guardado.
Hay mil cosas cotidianas que nos dejan algunos minutos libres para leer artículos o páginas de nuestro interés…
No todo el mundo tendrá este mismo problema, por supuesto; en mi caso, que soy una guindillita que no sabe parar de hacer cosas e idear planes, rara vez tengo una mañana o una tarde entera para ponerme a leer todos los enlaces que me da por guardar. Sin embargo, siendo la falta de tiempo uno de los problemas, he aprendido lo siguiente: no dejarlo para más tarde. O para mañana, o para el domingo… Suena a tópico, lo sé, pero es taaaan cierto. A lo largo del día tenemos numerosos momentos en los que no hacemos nada: viajando en el metro/tren/autobús, observando las agujas del reloj hasta que suben las rayitas de la olla exprés, contando los minutos para que se seque el esmalte de uñas… ¡Qué se yo! Hay mil cosas cotidianas que nos dejan algunos minutos libres para leer artículos o páginas de nuestro interés. O para anotar ideas, buscar diferentes formas de edición de libros, ponernos con ese libro que nunca tenemos tiempo para leer, ordenar partituras (esa es mi tarea pendiente), etc. Y hoy día sé que hay que aprovecharlos. Incluiría también el momento de ir leyendo mientras se camina por la calle, pero hace un par de años me choqué con una señal de tráfico e intento no hacerlo (aunque es una práctica que me está costando eliminar).
Y si, sé que el título habla de la autoedición, pero esto del tiempo es algo muy a tener en cuenta. No posponer las cosas, sacar un hueco para nuestro siguiente paso a dar. Así que tenía que tener un párrafo en esta entrada.
Creo que antes de optar por el sistema de publicación (puede ser en papel, en ebook, en forma de capítulos a través de un blog…), hay una pregunta importantísima que hay que hacerse y tal vez así, demos con la opción que más encaje con nosotros mismos.
¿Por qué quiero publicar mi libro?
Siendo sincera, creo que yo misma a día de hoy no sé responder a esa pregunta. A mí, la historia de Linnette me tenía encandilada, no conseguía sacarme de la cabeza las cosas que le pasaban y me descubría riendo por la calle imaginando sus reacciones (sí, cuando no leo mientras camino, imagino. Es poco probable que os salude si os cruzáis conmigo… Pero es puro despiste, ¡nada más!). Llevaba años escribiendo y tenía claro que seguiría contando sus aventuras y sus meteduras de pata… Cuando llevas tanto tiempo involucrada en un proyecto, te apetece mostrarlo al mundo. Puede que no me pase con las canciones, pero sí me pasó con el libro. Así que ahí estaba mi porqué…
Una vez que tuve claro que mis ganas de ver en papel El clan de la piedra superaban a mis dudas, la siguiente pregunta que tuve que contestar fue…
¿Cómo quiero publicar mi libro?
En esto sí que no tuve dudas: lo mejor posible. Y aquí llega el motivo por el que quería escribir esta entrada. Como autora novel sé cuáles son las dudas y los principales inconvenientes a los que nos enfrentamos. El principal problema diría que es el dinero. Y por desgracia es un punto que no se puede atajar. Hay que invertir dinero. A no ser que no quieras hacerlo lo mejor posible, en cuyo caso tal vez puedas ahorrarte algo. Conociéndome, sabía que esa no era mi opción, porque con el tiempo he aprendido que las cosas de las que más me arrepiento son esas que no he hecho con total entrega o las oportunidades que he dejado escapar.
Como ejemplo, aunque parezca que no tiene nada que ver, pondré la primera vez que me subí a un escenario para cantar en solitario (llevaba en coros bastantes años). Los nervios me pudieron y como suele pasar, la actuación no me salió como la había ensayado, no disfruté al máximo de la canción y mi voz temblaba al ritmo de mis rodillas y mis manos. El resultado fue que al bajarme del escenario quería volver a subir y hacerlo como había ensayado. Después de haber cantado, los miedos se habían evaporado, el nerviosismo desaparecido. Pero, ya no era posible volver a subir.
De acuerdo, no es exactamente lo que te puede ocurrir a la hora de publicar un libro, pero sí creo que esa sensación de que no se ha dado todo, es fácil de comprender. Con esto tampoco quiero decir que crea que mi libro es inmejorable, a día de hoy veo cosas que me gustaría haber trabajado más, pero en ese momento sé que hice todo lo que estaba en mi mano. Además, en algún momento tenemos que dar por terminada la novela, ¿no?
Dentro de este apartado quiero mencionar algo: se puede autopublicar un libro haciendo TODO uno mismo. Sí, se puede. Internet te da las herramientas, instrucciones, todo lo que necesites. En este caso no pagas con dinero, pero pagas con tu tiempo. Y cuanto mejor quieras que sea el resultado, más tiempo te llevará. Desde luego así será si eres una persona como yo que escribe todo lo que puede, pero del mundo editorial… Ni idea. Como ya he mencionado, mi tiempo es un bien escaso y dudo que pudiera maquetar un texto de 80.000 palabras en los minutos en rojo de los semáforos o en las cuatro paradas con las que suele contar mi viaje medio en metro (para empezar porque no es algo que se pueda hacer con el móvil). A parte, hay muchas personas que se dedican a ello. De la misma forma que a mi me enfada muchísimo que famosetes de la televisión o del mundo del deporte se las den de músicos y vendan más discos o entradas que un grupazo local que les da mil vueltas, entiendo que la gente que se dedica a ello tenga una opinión parecida. No lo he hablado con nadie del sector, la verdad, pero podría ser, ¿no?
Creo que me estoy alargando y no es mi intención aburrir al personal. La gente que lleva poco investigando en este mundillo (tampoco es que yo lleve mucho en él, pero he ido aprendiendo cosas) se puede preguntar para qué tanto dinero, a dónde va y por qué es necesario gastarlo. He leído suficientes blogs de gente que domina estos temas para poder enumerarlos y explicar su importancia. Es decir, no digo nada nuevo. También lo he vivido en primera persona y entiendo que cada parte del proceso es importante. Sin enrollarme más, os pongo los principales puntos a los que se destina la inversión y que considero son necesarios.
Corrección del texto.
En mi opinión es algo imprescindible. En primer lugar, no soy ninguna experta del lenguaje. Pero aunque lo fuera, siempre hay alguna errata que se te puede colar. Por no mencionar que la historia que cuentas vive en tu cabeza: el pasado de los personajes, los detalles del lugar donde ocurren las acciones, los misterios que planeas desvelar al final… Tal vez al leer un escrito propio entendamos todo lo que hemos querido decir pero, ¿el lector va a entender todo a la primera? Es importante, si quien tiene el libro entre las manos se encuentra perdido en muchas ocasiones, es muy probable que no lo termine. Y el objetivo de publicar un libro es que lo lea el máximo de personas posible, ¿no?
Maquetación del texto.
Esto es como va a quedar el texto organizado en tu libro. El estilo de los títulos, la organización de párrafos… No suena difícil, aunque hablándolo con una persona del sector me comentó que la dificultad radica en que con los cambios en un punto concreto, el resto del texto no se altere. ¿No es algo que hemos vivido todos a la hora de hacer trabajos para clase? Pues si lo extrapolamos a un texto, como ya decía antes, de unas 80.000 palabras, es algo que exigirá toda nuestra paciencia y bastante tiempo. Como digo, todo esto desde mi punto de vista de principiante en este sector tan interesante. Para mí, admito que fue más fácil dejar este punto en manos de profesionales. Yo opté por publicar con mundopalabras (con ellos hice también la corrección, diseño de portada, etc.) y el resultado fue inmejorable en todos los aspectos.
Impresión de ejemplares.
Resulta evidente. Si quieres tu libro en papel, no vas a poder escapar de esta inversión. Si la idea es publicarlo exclusivamente en internet, sí es algo que te ahorras. Yo me considero lectora tradicional, así que no podía imaginar una opción en la que mi historia no pudiera ocupar un lugar en cualquier estantería.
Hay más puntos a tener en cuenta, otros gastos que pueden aparecer, pero hoy quería hablar de los principales. Y creo que ya es bastante larga esta entrada…
Sólo un último punto a considerar, teniendo en cuenta el aspecto económico de la autopublicación de libros.
¿Existen alternativas para no arruinarme con la publicación de mi libro?
A parte del método tradicional, convertirte en una hormiga ahorradora, hoy día existen alternativas si el principal inconveniente para lanzarte a tan gratificante experiencia es el dinero. No soy experta en ello, pero el crowfunding parece una buena opción. De cualquier modo, entiendo que tal vez no funcione para cualquiera. (Desde mi humilde opinión, seguro que hay alguien que entiende más de este tema y podría iluminarme). También dependerá del objetivo que te marques, pero, conseguir dinero de terceros para una causa personal, me parece difícil. Si tienes un blog con numerosos seguidores, que disfrutan de tus textos y están implicados en tu proyecto, seguro que es más fácil. Como en todo, dependerá del tiempo que le puedas dedicar, de la paciencia y de tu círculo de influencia.
Hasta aquí esta primera entrada sobre autopublicación de autora a autor… A medida que aprenda más cosas iré publicando entradas con la intención de echar un cable a quien lo necesite. ¡Gracias por leer y no dudes en comentar o compartir si te parece interesante!
Hola, Ibone, has escrito un artículo tremendamente interesante que será de gran utilidad a otros autores que deseen publicar su libro. Nos parece fundamental la parte en la que hablas de la importancia de hacerlo todo lo mejor posible; no es un tema baladí, si sacamos a la luz un libro con errores, con una cubierta poco profesional, con una mala maquetación… ¿qué pensarán sobre nosotros los lectores?, ¿no es una pena que todo el tiempo que hemos invertido en escribir una buena historia se vaya al traste por un deficiente trabajo de edición? ¿Queremos realmente que nuestro prestigio e imagen se vean perjudicados? La reflexión está servida…
Por supuesto, gracias mil por mencionarnos y comentar lo satisfecha que has quedado con nuestro trabajo, puedes imaginar cómo nos motivan e impulsan tus palabras. 😉 Un abrazo y suerte con esta obra que tanto la merece.
Me gustaMe gusta
¡Muchas gracias a vosotros!
De verdad que ha sido una experiencia buenísima y de la que he aprendido mucho. 😀 Además me he sentido apoyada en todo momento.
Me gustaMe gusta
Hola Ibone!! Como autora novel que se ha autoeditado debo decir que tu artículo es un soplo de aire fresco. Yo investigué mucho antes de decidirme por la autoedición y también estoy muy contenta con el resultado, la experiencia que me está aportando esta faceta de mi vida y los increíbles momentos de los que estoy disfrutando. Pero, como decía, investigué mucho aunque encontré pocas opiniones favorables a la autoedición, más bien encontré quejas y malas experiencias de alguna gente que me echaron para atrás al principio.
Sin embargo, gracias a la insistencia de mi familia (sobre todo de mi marido que no dudó de mí ni un instante) me decidí por la autoedición y a día de hoy me alegro cada vez más.
Lo único en lo que yo me equivoqué, y fue una cuestión económica, fue en no pagar por una buena corrección. Como has dicho en tu entrada, a nosotros nuestro texto nos parece maravilloso pero aun así lo retocas y corriges mil veces y nunca acabarias, hasta que un día dices «hasta aquí», eso contando con la corrección que te hayan hecho amigos y familiares. Pero eso no es suficiente, es muy importante una corrección profesional. Para el próximo no dudaré en hacerlo.
Enhorabuena por tu entrada, al fin una opinión positiva sobre la autoedición que espero ayude a otros autores indecisos como lo éramos tú y yo no hace mucho 😉
Me gustaMe gusta
Eso espero, que esta entrada pueda ayudar a quien dude sobre la opción de la autoedición. Una vía que ofrece muchas satisfacciones y que, como comentas, permite a los autores vivir numerosas experiencias valiosas.
Está claro que es una camino que también presenta dificultades, pero a la larga yo siento que ha merecido la pena. 🙂
¡Muchas gracias por tu aportación, Amanecer!
¡Un abrazo!
Me gustaMe gusta