Llueve

Leer la misma frase siete veces. Suspirar. Levantar la vista para contemplar la lluvia resbalando por el cristal. Añorar cada trozo de tierra que el autobús deja atrás. 

Leer la misma frase. Una y otra vez. Llorar por dentro e imaginar cada lágrima creando el mismo dibujo errante, pegado a las cavidades de mi cuerpo. Oír una conversación lejana que lucha contra mis pensamientos por ganar la batalla de mi atención. Devolverla al libro. 

Leer la misma frase. Sacudir la cabeza y cerrar el libro. El dedo marcando la página. Añorar la idea de viajar como cuando leer ocultaba el mundo en el borrón en que se convierten los bosques con la velocidad. 

Leer la misma frase. En bucle. Sin salida. Sin parada en este viaje. Fuera llueve y dentro, también. 


Imagen de 19dulce91 en Pixabay

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