Caminaba tan ensimismada…

Ante la escasez de tiempo, hoy os traigo una serie de micro cuentos super breves. Unas frases que, debo admitir, vienen de un ejercicio de autocrítica… En los últimos tiempos me veo inmersa en una lucha diaria para superar la mayor adicción de los tiempos en los que vivimos: el móvil. Poco a poco lo voy consiguiendo…

Si como yo, sufrís de esta dependencia tan desagradable a un aparato que lleva relativamente poco en nuestras vidas, recomiendo llenar la agenda de actividades gratificantes que acaparen vuestra atención: cine, ópera, conciertos, la lectura de un libro que os atrape (lo mismo no lo conocéis, pero mola EL clan de la piedra jajajaja)… En esos momentos nunca miro el móvil.

Bueno, que esto iba de micro relatos super breves… ¿Os ha pasado algo así? ¡No dudéis en comentar si se os ocurre alguna otra situación!


Caminaba tan ensimismada, mirando la pantalla de su móvil, que no alcanzó a ver el billete de 20€ que llegó volando hasta sus pies.

Caminaba tan ensimismada, mirando la pantalla de su móvil, que no reparó en el hombre con el que se cruzó. Ese presentador que hacía que cada día encendiera el televisor a la misma hora…

Caminaba tan ensimismada, mirando la pantalla de su móvil, que no vio entrar en el vagón del tren a ese compañero del colegio… Aquel del que no se separaba  nunca y al que no veía desde hacía diez años.

Caminaba tan ensimismada, mirando la pantalla de su móvil, que no presenció la escena más tierna del día…

Caminaba tan ensimismada, mirando la pantalla de su móvil, que no saludó a ese chico tan majo que conoció el sábado.

Caminaba tan ensimismada, mirando la pantalla de su móvil, que no pudo ayudar a la mujer que, tras un tropiezo, acabó con toda la compra desparramada por el suelo.

Caminaba tan ensimismada, mirando la pantalla de su móvil, que no vio el cartel que anunciaba que su grupo favorito tocaba en dos semanas en el otro extremo de la ciudad.

Caminaba tan ensimismada, mirando la pantalla de su móvil, que no fue consciente del coche, derrapando y entrando en su campo de visión.

 

2 Comments

  1. Sin ninguna duda un tema que está a la orden del día, y a mi parecer una de las mayores lacras de nuestra sociedad (ejemplo clarísimo del dicho «problemas del primer mundo»).

    Aparte de las alternativas que ofreces, yo creo que deberíamos hacer el esfuerzo de desconectar del teléfono en situaciones más cotidianas (tomar algo, dar un paseo, charlar…). De hecho, lanzo una propuesta para la situación de tomar algo: en el caso de estar en un bar, declarar una zona dentro de él, una mesa, o una esquina de la barra/terraza por ejemplo, que sea «LIBRE de smartphones».

    😀

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    1. Es una buenísima propuesta, Roby. Yo llevo un tiempo intentando desconectarme del dichoso aparato, pero cuesta…

      Creo que en algunos bares ya hay espacios «sin móviles». ¡Sería genial que lo pusiéramos de moda!

      Gracias por comentar 🙂

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